La transformación digital puede implicar la reelaboración de los productos, procesos y estrategias dentro de la organización mediante el aprovechamiento de la tecnología digital.
Como tal, la transformación digital requiere un examen y reinvención de la mayoría, si no de todas las áreas dentro de una organización, de su cadena de suministro y flujo de trabajo, las habilidades de sus empleados así como procesos de discusión a nivel de junta directiva, interacciones con clientes y su valor para las partes interesadas.
Evolucionar como empresa en el mundo actual implica una mentalidad abierta a la renovación. La transformación digital no tiene por qué ser un proceso caótico ni traumático.
El miedo al cambio hace que muchas empresas españolas estén perdiendo terreno frente a las que han apostado por la transformación digital. Principalmente, esto se percibe en su relación con los clientes.
El nuevo panorama digital requiere personas innovadoras, creativas y dispuestas a formarse digitalmente. Este proceso implica tanto a empleados como a directivos, que deben adquirir competencias digitales y otras habilidades
El modelo de negocio actual y futuro se debe centrar en la experiencia del cliente y en el entorno digital. Implementar nuevas tecnologías es el primer paso. El software actual permite definir una estrategia digital que involucre a todos los departamentos.
Aplicaciones móviles para la realización de pedidos a vendedores, facturación y seguimiento de clientes.