Cada empresa en línea recopila datos útiles de los consumidores. Desde la forma en que navegamos por la web o los tipos de sitios web que visitamos hasta los productos que compramos. Así, si tienes un e-commerce, podrás recabar información de primera mano sobre qué les hace comprar o qué les hace parar. Puede utilizar esta información para mejorar su experiencia de compra y aumentar la probabilidad de que los visitantes del sitio se conviertan en clientes. Este dato es difícil de calcular en la tienda física, ya que muchas veces no hay suficientes registros.
Mayor alcance para tu negocio: con una tienda online, estarás automáticamente accesible desde todo el mundo (aunque siempre tendrás que tener en cuenta a qué países puedes hacer envíos y a cuáles no). En cambio, las tiendas físicas tienen siempre un rango de alcance limitado por definición.
Menores costes: montar una tienda online tiene un coste inicial muy bajo, sobre todo comparado con alquilar o comprar un local. Esto hace que las barreras de entrada sean mucho menores y que se puedan conseguir mejores márgenes que con una tienda tradicional.
Disponible 24/7: la inmensa mayoría de las tiendas físicas están limitadas por un horario de apertura y cierre, y cuanto más tiempo estén abiertas, mayores serán los costes de personal. En cambio, los e-commerce nunca echan la persiana.
Potencial de crecimiento: no hay límites a las personas que pueden "entrar" en tu ecommerce a la vez (siempre y cuando hayas contratado un buen servidor, claro), lo que permite que tu negocio pueda crecer.
Algunos usuarios siguen sin fiarse de los sistemas de pago electrónicos. Los sellos de confianza y la encriptación SSL pueden ayudarnos a paliar este problema.
En un comercio electrónico puedes cambiar las ofertas de los productos, su presentación o las acciones de marketing casi al instante. Es extremadamente flexible y permite adaptarse a las necesidades cambiantes de los clientes y demandas del sector empresarial.
El ecommerce también permite que el negocio crezca más fácilmente de lo que ocurre con los minoristas físicos. Además, que no exista un lugar de operación limitado es una de las grandes ventajas del comercio electrónico. Poder vender a cualquier lugar de cualquier país abre mucho el abanico de posibilidades de cara a una expansión futura.
Otra de las ventajas de las tiendas online es que anunciarse y posicionarse bien en los buscadores es más barato y fácil. Existe la posibilidad de crecer orgánicamente creando contenido y generando expectación y confianza en la audiencia sin gastar dinero en publicidad o marketing.